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De Beauvoir Simone



Simone de Beauvoir en su ensayo `Debemos llevar a la hoguera a Sade? (en francés Faut-il brûler Sade, Les Temps modernes, diciembre de 1951-enero de 1952), ha intentado localizar vestigios de una filosofía radical de libertad en los trabajos de Sade, precediendo al existencialismo en unos 150 años. Tamaño: 76 Kb, Literatura, Estudios


Título original: Priviléges (1955) En `El pensamiento político de la derecha`, Simone de Beauvoir critica duramente a los ideólogos de la `reacción`. Dice del hombre de derecha: `Cabizbajo o arrogante, es el hombre del rechazo: sus verdaderas certidumbres son todas negativas. Dice no al `mundo moderno`, no al porvenir, es decir, al movimiento vivo del mundo, pero sabe que el mundo podrá más que él. Tiene miedo: ¿qué puede esperar de esos hombres de mañana cuyo adversario ha venido a ser? En este ensayo define el espíritu egoísta y acaparador de la derecha, a su falta de argumentos que lo sostengan, afirma que `su pensamiento, catastrófico y vacío, no es más que un contrapensamiento`. Tamaño: 325 Kb, Sociales, Política


El segundo sexo (Le Deuxième Sexe) es un libro escrito en 1949 por Simone de Beauvoir. Se le considera uno de los libros más relevantes, a nivel filosófico, del siglo XX. Fue un rotundo éxito de ventas. Su autora comenzó a escribirlo cuando reflexionó, a propuesta de Jean-Paul Sartre, sobre lo que había significado para ella el ser mujer. Comenzó a investigar acerca de la situación de las mujeres a lo largo de la historia y escribió este extenso ensayo que aborda cómo se ha concebido a la mujer, qué situaciones viven las mujeres y cómo se puede intentar que mejoren sus vidas y se amplíen sus libertades. Es una de las obras fundacionales del Feminismo y utiliza los conceptos existencialistas para indagar acerca de la vida de la mitad de la humanidad. También es considerada una obra enciclopédica, pues aborda su tema desde los puntos de vista de la psicología, la historia, la antropología, la biología, la reproducción y las relaciones afetivo-sexuales. La teoría principal que sostiene Beauvoir es que `la mujer`, o más exactamente lo que entendemos por mujer (coqueta, frívola, caprichosa, salvaje, etc.) es un producto cultural que se ha construido socialmente. La mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre respecto a algo: como madre, esposa, hija, hermana... Así pues, la principal tarea de la mujer es reconquistar su propia identidad específica y desde sus propios criterios. Muchas de las características que presentan las mujeres no les vienen dadas de su genética, sino de cómo han sido educadas y socializadas. La frase que resume esta teoría es muy célebre: `No se nace mujer, se llega a serlo`. Tras escribir este ensayo y recibir multitud de cartas escritas por mujeres diciendo que ahora comprendían mejor sus vidas, la filósofa se dio cuenta de que hacía falta un cambio social y político, por lo que se hizo feminista. `El segundo sexo` es considerado hoy la `Biblia del feminismo`, la obra de referencia, especialmente de la corriente denominada `feminismo de la igualdad`. Tamaño: 1.118 Kb, Sociales, Feminismo y Teoría de Género


La aventura de Sade reviste una amplia significación humana. ¿Podemos satisfacer nuestras aspiraciones a la universalidad sin renegar de nuestra individualidad?, ¿o sólo podemos integrarnos en la colectividad mediante el sacrificio de nuestras diferencias? Este problema nos afecta a todos. En Sade, las diferencias se exageran hasta el escándalo, y la inmensidad de su trabajo literario nos demuestra con cuánta pasión deseaba ser aceptado por la comunidad humana: en él encontramos, pues, bajo su forma más extrema, el conflicto que ningún individuo puede eludir sin mentirse a sí mismo. Aquí está la paradoja, y, en cierto sentido, el triunfo de Sade: en que por obstinarse en sus singularidades nos ayuda a definir el drama humano en su generalidad. Simone de Beauvoir sigue al célebre personaje a través de la formulación de sus principios. Sin detenerse más de lo necesario en las circunstancias que rodearon la vida del marqués de Sade, ubica aquellos hechos que determinan su personalidad en el campo de los principios que él mismo formuló y en la interpretación que dio a sus actos. Los prejuicios ensombrecieron durante muchos años a este hombre que, en un mundo que intentaba desprenderse del feudalismo y caía corrompido en la vida cortesana, pretendió iluminar a sus contemporáneos sobre el valor real de los cuerpos y los sentidos. La autora de El Segundo Sexo, al desembarazar al marqués de Sade de su fama falsificada, le concede la perspectiva de su auténtica dimensión: un testimonio increíble y revelador. Tamaño: 643 Kb, Psicología, Varios


Un tributo a Jean-Paul Sartre. Esta edición presenta dos textos escritos por Simone de Beauvoir tras la muerte de Jean-Paul Sartre. Abre el volumen un retrato profundamente personal de los últimos diez años de vida del filósofo, que nos ofrece una nueva manera de entender la mente de uno de los pensadores fundamentales del siglo XX. Cierra el libro una serie de conversaciones entre Sartre y De Beauvoir, acontecidas entre París y Roma en 1974, que dejan ver un diálogo de deslumbrante franqueza y que ilumina una de las relaciones más famosas y complejas del siglo pasado. Tamaño: 3.223 Kb, Literatura, Biografías


Una mujer, casada con un físico, vive la época de la madurez y la llegada a la vejez explicándonos qué siente, cómo es la relación con su marido tras tantos años de matrimonio, la relación con su hijo, el cual va a trabajar para el Estado siendo la propia protagonista en su juventud una luchadora a favor de los derechos y de los ideales justos, y la relación con la dura jubilación tras años de trabajo duro. Tamaño: 689 Kb, Narrativa, Relatos Cortos y Cuentos


En esta su primera novela, La invitada (1943), exploró los dilemas existencialistas de la libertad, la acción y la responsabilidad individual, temas que aborda igualmente en novelas posteriores como La sangre de los otros (1944) y Los mandarines (1954). Tamaño: 519 Kb, Narrativa, Varios


Asistimos a la historia de una mujer a la que engaña su marido, que conoce la situación y que se enfrenta a ésta adoptando estrategias para no perderle que finalmente no resultarán y que hasta provocarán esa pérdida y el abandono hasta de ella misma. Tamaño: 134 Kb, Narrativa, Relatos Cortos y Cuentos


Plantea a través de la figura de un joven burgués una trama apasionante donde se recorre desde sus inicios en la lucha sindical hasta su experiencia dentro de la Resistencia francesa ante la ocupación nazi de Europa. Proyecta mediante este personaje como el sentido de su propia existencia individual esta inevitablemente unido al de los demás y al mismo tiempo separado de ellos. En esta novela (1945), Simone de Beauvoir explora su persistente preocupación por el tiempo y la muerte, así como el caos provocado por la Segunda Guerra Mundial. En su trama se introduce el problema de la libertad del ser humano, del compromiso de cada persona frente al resto de la sociedad, el conflicto entre lo político y lo ético, las contradicciones de la acción y la ambigüedad de la moral. Tamaño: 492 Kb, Narrativa, Contemporánea


Premio Goncourt en 1954, `Los mandarines` (Les mandarins) es una novela escrita en 1954 por Simone de Beauvoir y considerada la obra más importante de esta autora. La novela está ambientada en la época de la posguerra en Francia, tras la Segunda Guerra Mundial. Hace referencia a un marco intelectual muy influido por la política y los bandos ideológicos de aquellos años. También trata otros temas como son el feminismo y el existencialismo. Es una novela que gira alrededor de la vida de Enrique Perron y Ana Dubreuilh, dos intelectuales. Perron es un relevante escritor, también editor del periódico L`Espoir, que mantiene una infeliz relación con Paula. Ana Dubreuilh es una importante psicóloga, casada con Roberto Dubreuilh, otro importante intelectual, con el que tiene una hija, Nadine. Se considera que Perron es Albert Camus, que Roberto es Jean-Paul Sartre, que Ana es la propia Simone de Beauvoir y que L`Espoir es en realidad el periódico Combat. Además, durante la obra se muestra la relación que tiene Ana con Lewis Brogan, un escritor norteamericano que representaba a Nelson Algren, uno de los romances que tuvo Simone de Beauvoir en Estados Unidos y a quién le dedicó el libro una vez fue publicado. La obra capta la incertidumbre y el desencanto de esos años, que habían sido tan esperados, pero que no se sabía si culminarían en una próxima guerra. Tamaño: 1.023 Kb, Narrativa, Contemporánea


En este primer volumen de sus memorias, la autora cuenta cómo surgió su vocación de escritora en el circunspecto ambiente burgúes de su familia. Se trata de la atenta observación de la gestación de una conciencia, del modo en que un ser humano asume su época y se transforma. Tamaño: 331 Kb, Sociales, Feminismo y Teoría de Género


Monólogo interior de una mujer de unos 40 años que está encerrada en su casa y en sí misma y que va despotricando amargamente contra el mundo haciéndose la mártir y contándonos poco a poco su vida, con lo cual sabremos cómo ha llegado a la penosa situación que describe, así como las razones de sus palabras y mentiras autopiadosas. Tamaño: 58 Kb, Narrativa, Relatos Cortos y Cuentos


¿Para qué la acción? constituye junto con Por una moral de la ambigüedad el primer intento por esbozar la moral existencialista que Sartre anunciara en la última parte de El Ser y la Nada y que no llegó nunca a escribir. Los problemas fundamentales que se plantea una moral basada en la libertad y la responsabilidad, son pensados en éste lúcido ensayo por Simone de Beauvoir. ¿Para qué actuar? A la luz de la reflexión todo proyecto humano parece absurdo, pues no existen sino asignaciones límites, y esos límites pueden ser siempre superados. ¿Por qué hasta aquí? ¿Por qué no más lejos? ¿Hay algún fin por el que valga la pena hacer un esfuerzo? Siempre que logramos lo que nos proponemos surge la pregunta: ¿Y ahora que? ¿Para quien actuar? ¿Debemos dedicarnos egoísticamente a cultivar nuestro jardín, o sacrificarnos en aras de la humanidad? ¿Debemos disfrutar del instante fugaz o proyectarnos hacia el futuro? ¿Es Dios o la humanidad la garantía de nuestra acción? ¿Que hombre puede juzgar al hombre? ¿En nombre de que hacerlo? Preguntas que los hombres viven haciéndose desde el fondo de los tiempos y que son inherentes a la condición humana - expresada con sin igual profundidad y sistema en los trabajos de Simone de Beauvoir que iluminan la segunda mitad del siglo que termina. Tamaño: 57 Kb, Narrativa, Realista


Durante algún tiempo Sartre hubo de luchar por defender la difícil aventura de ligar el marxismo y el existencialismo. Había allí un problema, la aventura de la dialéctica, en términos de Merleau-Ponty. Los dos habían sido compañeros de escuela y alumnos de la Normal, que era tanto como decir el no va más, pues por allí se sucederían los estructuralistas de la posteridad y, antes de todos, el gran Saussure. La vida no fue justa con Merleau-Ponty ya que le concedió todos los galones al niño feo que se sentaba a su lado, Jean Paul Sartre, la fealdad como motor de la inteligencia. Sartre no fue un abanderado de la Resistencia, nunca un líder, sino pronto un brillante crítico de la burguesía, esa clase que siempre se dejó despellejar por quienes se arrogaron después sus pendones. Al no haber sido nunca un revolucionario, cuya más alta cota la alcanzó siendo un buen alumno de Husserl y de Heiddeger, decidió transformarse en el inventor de la gauche, tendencia divina, y derribar la V República -casi lo consiguió- y promediar en una revolución que, de haber vivido Merleau-Ponty, hubiera calificado sin tapujos de ilusoria, ya que Merleau-Ponty había dejado bien claro en su La aventura de la dialéctica que era el mejor crítico que nunca hubiera tenido el filósofo. En los años 50 París era un hervidero de intelectuales avergonzados de los favores que debían a los norteamericanos, hasta el punto de que Sartre viajaría a los EE.UU en varias ocasiones para pagar de algún modo aquella deuda escribiendo artículos engagés, es un decir, sobre el amigo americano, y otros en los que sus contradicciones ideológicas resultaban insoportables. Su amiga Simone de Beauvoir tuvo que salir en su defensa después de que Merleau-Ponty le sacara los colores. Y no sería la primera vez, porque siempre que Sartre entraba en polémica aparecía su musa dando mandobles a todo dios. Tamaño: 2.341 Kb, Filosofía, Varios


En Una muerte muy dulce (1964), se describen las seis semanas de enfermedad y agonía previas a la muerte de la madre de Simone, Françoise de Beauvoir. Ese breve lapso temporal le ofrece a la autora la posibilidad de indagar sobre las coincidencias, paradojas y contradicciones del vínculo que mantiene con su madre. En este relato, la muerte como situación límite es un nuevo punto de partida, un espacio de autoconfrontación con algunas reflexiones teóricas de El segundo sexo (1949). Definido en su momento como el -capítulo que faltaba a sus memorias-, Una muerte muy dulce permite que Beauvoir revele algunos detalles de su intimidad a través de una prosa despojada, sin sentimentalismos. Esta actitud reveladora de su intimidad fue cuestionada por algunos críticos que se figuraban a la autora tomando notas junto al lecho del ser querido agonizante. Años más tarde, la escritora se defendía de estas objeciones en Tout compte fait (1972): -No es por delectación morosa, por exhibicionismo, por provocación que a menudo los escritores relatan las experiencias horrorosas o desoladoras: por intermedio de las palabras, ellos las universalizan y les permiten a los lectores conocer, detrás de sus tristezas individuales, el consuelo de la fraternidad.- La narración prácticamente se inicia con una llamada telefónica: -Su madre ha tenido un accidente-. El hecho ya es pasado (fue una caída de Françoise en su casa), la acción de este drama empieza in medias res. Establecido el marco temporal (?Jueves 24 de octubre de 1963?), se abre la escena. A partir de entonces el universo beauvoiriano fundirá recuerdos, diálogos y reflexiones mientras su madre permanece internada en la clínica. El tiempo del enunciado exigirá repetidas veces la urgencia de un presente histórico. De ese modo, el estilo se vuelve paratáctico y el indirecto libre reproduce la agitación interior: ?Consulta de especialistas. Mi hermana está a mi lado mientras un médico y un cirujano, el doctor P., palpan el abdomen inflado. Mamá gime bajo sus dedos, ella grita. Inyección de morfina. Ella gime todavía. Nosotras pedimos: -¡Denle otra inyección!- Ellos objetan que un exceso de morfina paralizaría el intestino. ¿Qué esperan entonces??. La situación fortuita, accidental, se transforma cuando se descubre que su madre tiene cáncer. En poco más de un mes la enfermedad avanza y desemboca en la muerte. A la condensación del tiempo, se le suma la concentración del espacio. Hay un solo ámbito reducido, cerrado, ineludible: la sala de hospital. El desfile de médicos, enfermeras, visitas trayendo flores y regalos, es relatado con resignación. La economía temporal y espacial del relato presenta una minuciosidad tediosa y exhaustiva al registrar personas y objetos. Parecería que el zoom de una cámara maldita quisiera fijar en la escritura cada detalle: el cambio de sondas, los tics de la enferma, las obsesiones por las enfermeras -buenas- o las que -la odian-, los últimos caprichos como leer cierto libro o terminar un crucigrama. Tamaño: 297 Kb, Literatura, Biografías
 

BIOGRAFÍA:
Simone de Beauvoir (París, 9 de enero de 1908-París, 14 de abril de 1986) fue una escritora, profesora y filósofa francesa. Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre temas políticos, sociales y filosóficos. Su pensamiento se enmarca dentro del existencialismo y algunas obras, como El segundo sexo, se consideran elementos fundacionales del feminismo. Fue pareja del también filósofo Jean Paul Sartre.
Simone de Beauvoir era hija de Georges Bertrand de Beauvoir, que trabajó un tiempo como abogado y era un actor aficionado, y de Françoise Brasseur. Nació en el piso familiar, situado en el parisino bulevar Raspail, y fue escolarizada desde sus cinco años en el Cours Désir, donde solía enviarse a las hijas de familias burguesas. Su hermana menor, Hélène (conocida con el apodo de Poupette), la siguió dos años más tarde.
Desde su niñez, De Beauvoir destacó por sus habilidades intelectuales, que hicieron que acabase cada año primera de su clase. Compartía brillantez escolar con Elizabeth Lacoin (llamada Zaza en la autobiografía de De Beauvoir), que se convirtió rápidamente en su mejor amiga.
Después de la Primera Guerra Mundial, su abuelo materno, Gustave Brasseur, entonces presidente del Banco de la Meuse, presentó la quiebra, lo que precipitó a toda la familia en el deshonor y la vergüenza. Como consecuencia de esta ruina familiar, los padres de Simone se vieron obligados a abandonar la residencia señorial del bulevar Raspail y a trasladarse un apartamento oscuro, situado en un quinto piso sin ascensor en la calle de Rennes. Georges de Beauvoir, que había planeado vivir con el dinero de su esposa y de su familia, vio sus planes defraudados. La culpa que sintió entonces Françoise no la abandonó nunca a lo largo de su vida y la dote desaparecida se convirtió en una vergüenza familiar. La pequeña Simone sufrió de la situación, y vio como las relaciones entre sus padres se deterioraban poco a poco. Hecho importante en el nacimiento de las ideas políticas feministas de Simone, toda su infancia será marcada por el hecho de haber nacido mujer: su padre no le escondió el hecho de que hubiese deseado un hijo, con el sueño de que hubiese cursado estudios en la prestigiosa Escuela Politécnica de París. Muchas veces le comentó a Simone: «Tienes un cerebro de hombre»[cita requerida]. Apasionado por el teatro, que practicaba como aficionado, compartía este gusto con su esposa y sus hijas, junto con su amor por la literatura. Georges de Beauvoir le indicó a menudo a Simone que, para él «el oficio más bonito es el de escritor»[cita requerida]. Con su esposa, compartía la convicción de que, dada la mediocre condición económica en la que se hallaba la familia, la única esperanza de mejora social para sus dos hijas eran los estudios.
Los De Beauvoir veranearon a menudo en Saint-Ybard, en la propiedad de Mayrignac situada en Correze. El parque, fundado alrededor de 1880 por su abuelo, Ernest Bertrand de Beauvoir, fue adquirido a principios de siglo XIX por el bisabuelo, Narcisse Bertrand de Beauvoir. De Beauvoir narró estos tiempos felices en sus Memorias de una joven formal. El contacto con la naturaleza y los largos paseos solitarios por el campo hacieron surgir en el espíritu de la joven Simone la ambición de un destino «fuera de lo común»[cita requerida].
Con solamente quince años, ya estaba decidida sobre la forma de este destino: quería ser escritora. Tras haber aprobado el bachillerato en 1925, De Beauvoir empezó sus estudios superiores en el Instituto Católico de París, institución religiosa privada a la que solían asistir las muchachas de buena familia. Allí completó su formación matemática, mientras que ampliaba su formación literaria en el Instituto Sainte-Marie de Neuilly. Tras su primer año universitario en París, logró obtener certificados de matemáticas generales, literatura y latín. En 1926, se dedicó a estudiar filosofía y obtuvo en junio de 1927 su certificado de filosofía general. Tras estas certificaciones, acabó licenciándose en letras, con especialización en filosofía, en la primavera de 1928, tras haber aprobado también unas certificaciones de ética y de psicología. Su estudios universitarios concluyeron con la redacción de una tesina sobre Leibniz, culminación de sus estudios superiores.
Tras haber sido profesora agregada de filosofía en 1929, De Beauvoir, o más bien Castor `apodo que le dio su amigo Herbaud y que Sartre siguió usando, en un juego de palabras entre «Beauvoir» y beaver, en inglés[cita requerida]- se preparó para ser profesora titular. Su primer destino fue Marsella: Sartre obtuvo a su vez un puesto en Le Havre en marzo 1931 y la perspectiva de separarse de él destrozó a De Beauvoir. Para que pudiesen ser nombrados en el mismo instituto, Sartre le propuso que se casasen. Pese a su amor profundo por él, ella se negó.
El año siguiente, logró acercarse a Sartre al ser trasladada a Ruán, donde conoció a Colette Audry, que ejercía también de profesora en el mismo liceo. Bisexual, mantuvo relaciones amorosas con algunas de sus alumnas, entre ellas, Olga Kosakiewitcz y Bianca Bienenfeld: el pacto que la unió a Sartre le permitía conocer estos `amores contingentes-. También mantuvo una breve relación con un alumno de Sartre, apodado `el pequeño Bost-[cita requerida], futuro marido de Olga. Sartre también cortejó a la muchacha, sin conseguir conquistarla. Este grupo de amigos, que se llamaban entre ellos «la pequeña familia», permaneció unido hasta la muerte de sus miembros, pese a las tensiones ligeras o a los conflictos más serios que atravesaron. Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, la pareja Sartre-De Beauvoir fue destinada a París. De 1936 a 1938, De Beauvoir enseñó en el liceo Molière, del que fue despedida tras haber entablado una relación amorosa con Bianca Bienenfeld, una de sus alumnas[cita requerida].
Las editoriales Gallimard y Grasset rechazaron su primera novela, Primaldad de lo espiritual, escrita entre 1935 y 1937, que se publicó tardíamente en 1979 con el título Cuando predomina lo espiritual. La Invitada se publicó en 1943, en esta novela, la escritora describía, mediante personajes ficticios, la relación entre Sartre, Olga y ella misma, a la vez que elaboraba una reflexión filosófica sobre la lucha entre las consciencias y las posibilidades de la reciprocidad. Fue un éxito editorial inmediato que la llevó a ser suspendida en junio de 1943 de la Educación Nacional, tras la presentación de una denuncia por incitación a la perversión de personas menores en diciembre de 1941 por la madre de Nathalie Sorokine, una de sus alumnas. Se la reintegró como profesora tras la Liberación, durante la Ocupación trabajó para la radio libre francesa («Radio Vichy»), donde organizó programas dedicados a la música.
Con Sartre, Raymond Aron, Michel Leiris, Maurice Merleau-Ponty, Boris Vian y otros intelectuales franceses de izquierda, fue la fundadora de una revista, Les Temps Modernes, que pretendía difundir la corriente existencialista a través de la literatura contemporánea. De forma paralela, continuó sus producciones personales: tras la publicación de varios ensayos y novelas donde hablaba de su compromiso con el comunismo, el ateísmo y el existencialismo, consiguió independizarse económicamente y se dedicó plenamente a ser escritora. Viajó por numerosos países (EE. UU., China, Rusia, Cuba...) donde conoció a otras personalidades comunistas como Fidel Castro, Che Guevara, Mao Zedong o Richard Wright. En los Estados Unidos, entabló una relación pasional con el escritor americano Nelson Algren con quien mantuvo una intensa relación epistolar, llegando a intercambiar unas trescientas cartas.
Su consagración literaria tuvo lugar el año 1949: la publicación de El segundo sexo, del que se vendieron más de veintidós mil ejemplares en la primera semana, causó escándalo y fue objeto de animados debates literarios y filosóficos. El Vaticano, por ejemplo, se mostró contrario al ensayo. François Mauriac, que siempre tuvo animosidad hacia la pareja, publicó en Les Temps Modernes un editorial que creó polémica al afirmar: «ahora, lo sé todo sobre la vagina de vuestra jefa». El segundo sexo se tradujo a varios idiomas: en los Estados Unidos, se vendieron un millón de ejemplares, y se convirtió en el marco teórico esencial para las reflexiones de las fundadoras del movimiento de liberación la mujer. De Beauvoir se convirtió en precursora del movimiento feminista al describir a una sociedad en la que se relega a la mujer a una situación de inferioridad. Su análisis de la condición femenina, en ruptura con las creencias existencialistas, se apoya en los mitos, las civilizaciones, las religiones, la anatomía y las tradiciones. Este análisis desató un escándalo, en particular el capítulo dedicado a la maternidad y al aborto, entonces equiparado al homicidio. Describía el matrimonio como una institución burguesa repugnante, similar a la prostitución en la que la mujer depende económicamente de su marido y no tiene posibilidad de independizarse.
Los Mandarines, publicado el 1945, marcó el reconocimiento de sus talento literario por la comunidad intelectual: se le otorgó por esta novela el prestigioso Premio Goncourt. De Beauvoir era por entonces una de las escritoras con más audiencia a nivel mundial. En esta novela, que trata de la posguerra, expuso su relación con Nelson Algren, aunque siempre a través de personajes ficticios. Algren, celoso, ya no aguantaba más la relación que unía a De Beauvoir y Sartre: la ruptura entre ella y Algren demostró la fuerza del lazo que unía a los dos filósofos, y la de su pacto. Posteriormente, de julio de 1952 a 1959, De Beauvoir vivió con Claude Lanzmann.
A partir de 1958, emprendió la escritura de su autobiografía, en la que describe el mundo burgués en el que creció, sus prejuicios, sus tradiciones degradantes y los esfuerzos que llevó a cabo para deshacerse de ellos pese a su condición de mujer. También relata su relación con Sartre, que calificó de éxito total. Pese a todo y a la fuerza del lazo pasional que aún los unía, ya no eran una pareja en el sentido sexual, aunque De Beauvoir se lo hiciese creer a sus lectores.
En 1964, publicó Una muerte muy dulce, que relata la muerte de su madre: Sartre consideró siempre que éste fue el mejor escrito de De Beauvoir. La eutanasia o el luto forman el núcleo de este relato cargado de emoción. A lo largo de su luto, a la escritora le acompaña una muchacha que conoció entonces: Sylvie Le Bon, estudiante en filosofía. La relación que unió a las dos mujeres era ambigua: madre-hija, de amistad o de amor. En su cuarto escrito autobiográfico, Final de cuentas, De Beauvoir declaraba que compartió con Sylvie el mismo tipo de relación que la unió, cincuenta años antes, a su mejor amiga Zaza. Sylvie Le Bon fue adoptada oficialmente como hija por la escritora, y se la nombró heredera de su obra literaria y de sus bienes.
Tras la muerte de Sartre en 1980, publicó en 1981 La ceremonia del adiós, donde relató los diez últimos años de vida de su compañero sentimental: los detalles médicos e íntimos de la vida del filósofo fueron mal recibidos por muchos de sus seguidores. Este texto se completó con la publicación de sus conversaciones con Sartre grabadas en Roma entre agosto y septiembre de 1974. En estos diálogos, Sartre reflexionaba sobre su vida y expresaba algunas dudas sobre su producción intelectual. Al publicar estas conversaciones íntimas, De Beauvoir pretendió demostrar como su difunta pareja había sido manipulada por el filósofo y escritor francés Benny Lévy: este hizo que Sartre reconociera una cierta «inclinación religiosa» en el existencialismo, pese a que Sartre y los demás existencialistas hubiesen proclamado siempre que el ateísmo era uno de sus pilares. Para De Beauvoir, Sartre ya no disponía de la plenitud de sus capacidades intelectuales cuando había sostenido este debate con Lévy y no estaba en situación de enfrentarse a este filosóficamente. En estos textos que desvelan la vida de Sartre, también dejó ver lo mala que fue su relación con la hija adoptiva de Sartre, Arlette Elkaïm-Sartre. Concluye La Ceremonia del adiós con la frase siguiente: «Su muerte nos separa. Mi muerte no nos reunirá. Así es, ya es demasiado bello que nuestras vidas hayan podido juntarse durante tanto tiempo».
De 1955 a 1986, residió en el número 11bis de la calle Victor-Sch?lcher de París, donde murió acompañada de su hija adoptiva y de Claude Lanzmann. Se la enterró en el cementerio de Montparnasse de la capital francesa, en la división 20, al lado de Sartre